Este entrada esta dedicada a todos aquellos que hemos sido de la mala sincronía de la vida.
Si a todos los que hemos pasado por: cuando ese persona quiere, tu no quieres, y cuando quieres, el o ella, ya no quiere. ¿Por qué? porque se aburrió de esperarnos, de que nos decidiéramos si valía la pena pasar tiempo juntos, y cuando nos dimos cuenta, ya están en otra cosa mariposa.
Y luego, uno es soltero y vamos, ni las moscas se nos paran para saludarnos, vemos a nuestros amig@s con sus respectivos derramando miel y besos en casa esquina, y al momento de salir uno se siente el tercero en discordia. Ah! pero no falta que empecemos a salir o se nos vean con alguien por que uff! empiezan a llover las propuestas decorosas e indecorosas y los reclamos de: es que nunca me hiciste caso, claro como tienes novi@ no quieres salir conmigo y así. Sin contar que probablemente nuestros amigos estén en un mal momento en su relación, por que nunca falta que uno empieza a salir con su chic@ y ellos la están terminando o tienen un problema, y en que dilema lo ponen a uno cuando empiezan de negativos y que el amor apesta y bla bla bla.
Otra pésima sincronía de la vida es cuando estamos en ese asqueroso triángulo emocional, de: el que te habla bonito no te interesa ni para amig@, el que quieres que te hable bonito nomas no demuestra la mínima intención de hacerlo, y al que le hablas bonito nomas te da el avión.
Pero quizás la peor de todas las faltas de sincronía es cuando conocemos a esa persona que esta en el mismo canal que nosotros, nos hace consquillitas en el corazón el querer saber más de esta persona, nos da tranquilidad su compañía, nos sentimos a gustos, casi como si el mundo se detuviera en un instante, sentimos que podemos hablar de todo sin ser juzgados, nos hace reír, como si nos dejara caer gotas de luz en nuestra vida... pero existe el factor x.
Defínase factor x, como el factor ex novi@, aquella personita que no nos deja movernos hacia adelante muchas veces, que nos estanca en un ideal, en un sentimiento o en un recuerdo. Que nos detiene de intentar estar con alguien, y que nos arrastra a ese hoyo negro de pesar cuando empezamos a ser felices.
Me cuestiono ¿vale la pena luchar por esas personas? ¿vale la pena ayudarlas? ¿vale la pena esperar por esas personas?. No lo sé, porque como reza el dicho, a veces vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Quizás a veces solo toca rezar por que en el futuro se encuentren en diferentes circunstancias y con los mismos sentimientos.
Pero no desesperes, lo que si sé, es que las malas sincronías de la vida, nos preparan para esos momentos casi mágicos donde aparece ese alguien inesperado, que con un beso nos roba el aliento para respirar de nosotros y robarnos el corazón.
-E-