Cierro los ojos, suspiro, mi cuerpo se acomoda, se pierde, estoy durmiendo...
Oigo un ruido, no quiero abrir los ojos.
Siento en mi espalda el tamborilear de unos dedos,
Ahora recorren mis hombros, hasta mi espalda, lentamente, muy lentamente hasta llegar mis pies.
Un cosquilleo despierta despierta mi piel, empieza a sentir, mis ojos continúan cerrados.
Escucho tu respiración agitada sobre mi cabello, se siente diferente, ajena.
Me adornas el cuerpo con tus besos, se sienten fríos, casi muertos.
Quiero abrir mis ojos, creo que aun esto soñando, la ausencia de tu lengua tibia y húmeda en mi garganta me molesta.
Tus manos se sienten ausentes, extrañas, y a su vez impávidas por memorizar mi cuerpo.
Quiero abrir los ojos, tus labios en mi cuello se sientan tan secos como si me besara la arena del desierto, ¿donde están esos labios suaves y frescos como brisa del mar?
¿Dónde están tus dientes arañando cuello, dónde esta la electricidad de tu respiración uniéndose a la mía, dónde están tus manos llevándome hacia tu cuerpo?.
Y abro los ojos buscándote, no te encuentro, veo unos ojos que no me resultan familiares, veo unas manos que se alejan con rapidez, veo un cuerpo que se hunde entre las sombras.
Despierto.
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